Qué es bienestar
Por bienestar podemos entender aquellas cosas que inciden positivamente en nuestra calidad de vida y que por lo general se encuentra ligado al estatus socioeconómico.
Pero más allá de la vivienda, el acceso a la salud y educación, el bienestar también enmarca otros elementos que el dinero no puede alcanzar y este tiene que ver con la espiritualidad y/o religión.
Algunos estudios revelan que tener un bienestar espiritual o religioso incide en la salud de las personas, pues las creencias y prácticas crean de cierto modo una actitud positiva mental que puede ayudar a que una persona se sienta bien y que mejore el bienestar de aquellos quienes lo rodean.
Asimismo, estos informes revelan que la religión o cualquier práctica espiritual puede ayudar a reducir síntomas tales como:
- Disminuye la ansiedad, la depresión, el enojo y el malestar.
- Disminuye la sensación de aislamiento (sentirse solo) y el riesgo de suicidio.
- Disminuye el abuso de bebidas alcohólicas y medicamentos.
- Reduce la presión arterial y el riesgo de enfermedades cardíacas.
- Provee un sentimiento de crecimiento personal a causa de vivir con algún tipo de enfermedad.
Aumenta los sentimientos positivos tales como:
- Esperanza y optimismo.
- Ausencia de remordimientos.
- Satisfacción con la vida.
- Sensación de paz interior.
- El bienestar espiritual y religioso también puede ayudar al paciente a vivir más.
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¡También nos ayuda a ser más felices!
El sociólogo irlandes, Jan Eichhron, de la Universidad de Edimburgo ha revelado que entre la religión y la felicidad existe una relación que depende del grado de religiosidad de la sociedad.
Según la investigación de Eichhron, las personas que le dan importancia a Dios son más felices cuando viven en un país cuyo nivel de religiosidad es igual al de ellos.
Además, cuando en un país la idiosincrasia de su gente consiste en asistir de manera frecuente a servicios religiosos, la felicidad de las personas religiosas que en él viven también es más alta. Si la situación no es ésta, el grado de felicidad de las personas religiosas cambia.
Por otro lado, un análisis de Pew Research Center destacó que los adultos activos en la religión o vinculadas a un grupo de fe y que asisten por lo menos una vez al mes a un servicio religioso son más felices que aquellos que no son activos en la religión.
Por ejemplo, en Australia, solo alrededor de un tercio de las personas inactivas en la religión (33%) o no asociadas a la religión (32%) se describen a sí mismas como personas “muy felices” en comparación con el 45% de adultos activos en la religión, informó Pew. Existen brechas similares en Japón, Uruguay, Nueva Zelanda y Estados Unidos.
Agrega el estudio que la religión también está asociado al bienestar de la salud física, pues aquellas personas de fe tienen a ser menos propensas a consumir alcohol o beber. Sin embargo, no aumenta la frecuencia de hacer ejercicio.
Más activos en política
Continuando con el estudio de Pew Research, los investigadores han encontrado que la religión potencializa la participación cívica y esto se ve revelado a la hora de salir a votar. “En los Estados Unidos, el 58% de los adultos activos en la religión dicen que también son activos en al menos otro tipo de organización voluntaria (no religiosa)”, informó Pew.
La relación entre la religión o espiritualidad con el bienestar del ser humano es innegable, por eso si queremos tener paz interior podemos practicar la religión que más nos guste, lo importante es no sobreponer nuestras creencias a las creencias de los demás. Si quieres conocer más sobre qué es bienestar, te invitamos a que visites nuestra página ( www.laascension.com) y te informes sobre todos los beneficios que puedes obtener a través un plan de previsión exequial.