Crematorio
Un crematorio es un horno que reduce cadáveres a cenizas y para lograrlo somete el cuerpo a una temperatura de mil grados centígrados. Es tal el calor que genera, que muchas veces, después de utilizado puede seguir caliente durante varios días.
A pesar que esta práctica data desde la prehistoria, está lejos de ser aceptada por algunas religiones. Católicos, budistas e hinduistas han adoptado este procedimiento, mientras que judíos y musulmanes la rechazan.
Colombia que tiene bien arraigado el catolicismo, viene utilizando este procedimiento más frecuentemente, pues por economía y medio ambiente, los familiares deciden cremar a ese ser querido para darle el último adiós.
Algo de historia
En el mundo, antes de la aparición de los hornos, la cremación se llevaba a cabo al aire libre utilizando el carbón como material de combustión y fue por este motivo que durante ese época no fuera muy popular.
Fue durante la Revolución Industrial que se desarrolló la tecnología para poder realizar la cremación de forma más práctica y el precursor de esto fue Sir Carl Wilhelm en 1850. Pero fue hasta 1878 que apareció el primer horno crematoria gracias a El Crematorio de Woking en Gran Bretaña, que para ese año construyó el primer horno.
En Europa, los primeros crematorios se construyeron en la ciudad de Gotha en Alemania y luego en Heidelberg en 1891. Sin embargo, la cremación fue aceptada por la Iglesia 72 años más tarde, cuando el Papa Pablo VI levantó la prohibición de la cremación y en 1966, permitió que los sacerdotes católicos oficiar ceremonias de este tipo.
En Colombia, el primer horno crematorio llegó en 1980, más precisamente a Medellín y desde entonces el 65% de los fallecidos son cremados en esa ciudad. En Bogotá, la cremación supera en un 10% a la inhumación y en Cali, el 35 por ciento de los cadáveres es incinerado.
¿Qué debe tener un crematorio?
La mayoría de los hornos funcionan con gas natural por lo que las instalaciones del salón crematorio debe contar con una serie de especificaciones para no contaminar y asegurar el buen proceso de incineración.
La cremación de un cuerpo gasta demasiada energía, por esa razón y a los problemas sanitarios que puede generar la liberación de los gases al momento de la combustión, toda sala crematoria debe tener un sistema de control que permita monitorear los niveles de emisión de esos gases.
Los hornos deben estar ubicados lejos del resto de las áreas y deberá contar con una sala de espera. Además, la estructura y funcionamiento de éstos deben cumplir con las exigencias técnicas establecidas por la Secretaría Distrital de Ambiente y contar con un estudio de impacto ambiental.
Los empleados del crematorio deben estar capacitados para la manipulación del horno y tener muy clara las pautas de las bioseguridad, pues los gases que produce pueden ser dañinos.
Datos que quizás no sabías
- Un horno puede llegar a usar 92 metros cúbicos de gas para cremar un cuerpo.
- Lo que queda del cuerpo son fragmentos secos de hueso que representan un 3.5% del peso corporal de un adulto y un 2.5% del cuerpo de un niño.
- La cenizas pueden llegar a pesar entre un 1kg y 1.5kg.
- En promedio una cremación dura unos 80-90 minutos. Si la persona es muy pesada hasta 2hs puede demorar el proceso.
- Ningún cuerpo con marcapasos puede ser cremado, pues el mercurio puede ocasionar una explosión.
- Las cenizas no reclamadas son entregadas a una empresa encargada en la recolección de residuos.
- Un cuerpo cremado puede producir 27 kilos de dióxido de carbono.
El proceso crematorio es una alternativa económica y amigable con el medio ambiente. No es coincidencia que cada vez sea más popular dentro de la gente, porque además de ayudar al planeta, hace del duelo una situación más rápida y llevadera.
No te dejes confundir por los mitos que han crecido alrededor de este proceso, en la actualidad esta práctica es muy avanzada y controlada por la ley, que en últimas es la que rige el correcto funcionamiento de los hornos.
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